5 de Noviembre de 2010
Agradezco la colaboración en la redacción del presente artículo, a mi buen amigo y excelente profesional
Roberto Rami
Licenciado en Ciencias Empresariales, especialidad en Financiación.
La diferenciación de los conceptos de certificación y producción supone un salto cualitativo importante en la gestión de la empresa constructora.
Es práctica común el decir que la certificación es el documento que recoge la valoración de la obra que hemos ejecutado en el mes. Nada más lejos de la realidad.
La certificación es el documento que recoge la relación de partidas admitidas por la Dirección Facultativa que presentamos al cobro, valoradas a precio de contrato, estén ejecutadas o no.
La producción es el documento que recoge la relación de partidas ejecutadas por las que tenemos derecho a cobro, valoradas a precio de contrato.
La certificación es un documento de carácter externo cuya elaboración corresponde a la Dirección Facultativa. En la práctica es uso común que sea la constructora quién lo elabora y le da validez recogiendo la firma (aprobación) de la Dirección Facultativa.
La producción es un documento de carácter interno.
Escenarios de certificación y producción.
- En determinadas circunstancias y con las correspondientes garantías, la propiedad puede admitir la certificación de acopios, que es obra no ejecutada.
* En producción no podré incluir estas unidades presentadas al cobro como certificación, porque todavía no están ejecutadas y no tengo coste para ellas.
- Un jefe de obra, por diversos motivos, puede certificar unidades que todavía no ha ejecutado. Es lo que llamamos adelantar certificación.
* En este caso las mediciones que se incluirán en la producción deberán ser las realmente ejecutadas, que serán las correspondientes al coste que tenemos.
- La propiedad, o la Dirección Facultativa, pueden decidir en un momento dado, que se retiren de la certificación determinadas partidas, aún estando estas ejecutadas. Certificación aplazada.
* La producción incluirá las unidades realmente ejecutadas siempre y cuando tengamos certeza total de cobro. Por ejemplo, en una obra a precio cerrado las unidades recogidas en producción no podrán superar a las de certificación.
* En una obra a precio cerrado, o cuando he cambiado un proceso constructivo, puedo dar como producción la totalidad de una partida, aun cuando no la haya realizado o su medición real sea inferior, siempre y cuando tenga la seguridad total de su cobro.
* En una obra a precio cerrado, o cuando he cambiado un proceso constructivo, puedo dar como producción la totalidad de una partida, aun cuando no la haya realizado o su medición real sea inferior, siempre y cuando tenga la seguridad total de su cobro.
La importancia de diferenciar la producción de la certificación.
Imaginemos que no puedo certificar las unidades realmente ejecutadas (no entro en el por qué). Si mi empresa solo conoce mi certificación, pero no mi producción, el resultado económico de la obra a fin de mes será menor o incluso negativo, porque tengo un coste para el que no tengo reconocidos ingresos.
El caso contrario se da cuando llevamos certificación adelantada. Si la empresa no conoce la producción real tendremos un beneficio ficticio, provisional, unos buenos resultados que tarde o temprano empeorarán.
El jefe de obra de una empresa constructora está obligado a certificar todo lo que pueda. Conseguir adelantar certificación sobre producción significa financiación extra para la constructora. Cobramos por adelantado. Por el contrario, el ejecutar partidas y no certificarlas supone costes financieros para la constructora.
Adelantar certificación también tiene sus riesgos. Siempre deberemos tener presente que estaremos trabajando con un dinero que no es nuestro, deberemos prever el coste futuro de ejecutar esas partidas que tenemos pendientes todavía.
Por eso la empresa constructora deberá contabilizar como ingreso la producción y no la certificación, y contabilizar el diferencial con la certificación como "anticipo de clientes" cuando la certificación vaya adelantada y como "obra ejecutada pendiente de certificar" en el caso contrario.
Para el control del coste de la obra el documento fundamental es el de producción. Es la base para el análisis económico del resultado de la obra a fin de mes. En el se apoyará a su vez para ver la realidad de la obra.
Es muy importante la elaboración, a nivel interno, de un cuadro comparativo entre certificación y producción que permita tener identificadas y controladas en todo momento las diferencias entre ambos estados.
Es muy importante la elaboración, a nivel interno, de un cuadro comparativo entre certificación y producción que permita tener identificadas y controladas en todo momento las diferencias entre ambos estados.
Por estas razones, y otras más, es tan importante que el jefe de obra tenga presentadas y aceptadas la certificación y la producción en las fechas convenidas por la empresa, y que por razones obvias no debería ser más tarde del día 30 de cada mes.
Saludos amigos
Pedro Domingo
Saludos amigos
Pedro Domingo
David Garcia Bodego
Said
No creo que sea tan simple... bajo mi punto de vista.
En la Certificación no hay demasiada duda, es la relación valorada por parte del Cliente de los trabajos realizados por la Constructora, tanto si se han ejecutado como si no. La postura por parte de cualquier constructora es el adelantar en la medida de lo posible la certificación de la obra, ya que por mucho que en la Certificación se quiera plasmar algo, ese documento tiene que ir pasando por distintos niveles de aprobación, y actualmente, con el "movimiento" dentro del Ministerio de Fomento (por poner un ejemplo de Cliente) es muy probable que la Certificación pactada con la Dirección Facultativa se vea mermada conforme se vayan recogiendo las correspondientes firmas que validan dicho documento.
Por otra parte, aunque en parte se debe a la tesitura actual, hay ocasiones en que por más que una Constructora quiera pactar una Certificación con su Cliente, viene impuesto, desde "más arriba", cual será el importe de la misma, en base a la partida presupuestaria que el cliente pueda permitirse.
Con respecto a la producción, hay que poder diferenciar la producción real, del material en acopio, de las partidas en almacén... No sólo se limita la producción a lo realmente ejecutado y cobrado, pues nuestro propio cliente nos puede hacer cambiar el importe de la certificación, incluso revertiendo partidas adelantadas. La Producción de una obra siempre será la "estimación de la producción por parte del responsable de la obra", ya que hasta que no esté realmente cobrada, no se puede conformar como tal. (De acuerdo con que no es una práctica muy ética)
Por otro lado, cualquier unidad de producción tiene una parte compuesta por unidades de acopio, por lo que siempre se pueden certificar y siempre se pueden dar en producción con el porcentaje correspondiente al material. Imaginemos sino, en un viaducto de vigas prefabricadas, donde un 30% del tablero o más se va en unidades prefabricadas que no se pueden dar en producción hasta su completo montaje, pero que siempre se tienen que abonar al prefabricador de turno por adelantado antes de que lo puedan meter en producción... qué haremos las personas que trabajamos para la constructora: ¿planteamos que debemos adelantar dinero para la compra de un material del que no tenemos certeza de cobro?
Y ya ni que decir nada de cuando se ejecuta una obra con un expediente adicional, en forma de un Proyecto Complementario de Obras o una Modificación de Proyecto, en el que se tiene que ir ejecutando obra no incluida en el Proyecto Constructivo, por lo tanto, no siendo objeto de abono... ¿Qué hacemos con la Certificación? ¿Qué hacemos con la Producción? ¿Paramos la obra hasta la aprobación del expediente (6 meses)?
Saludos cordiales