2 de Septiembre de 2011
El parque de maquinaria de una empresa constructora lo constituyen todas aquellas herramientas y medios auxiliares propiedad de la empresa, que esta pone a disposición de las diferentes obras. Es decir, tendrán consideración de pertenecientes al parque las carretillas elevadoras, andamios, material de encofrados, casetas de obra, grúas, cuadros eléctricos, etc. que nuestra empresa almacena en un punto determinado. Normalmente se encuentran acopiados en un recinto, almacén o solar en alguna zona periférica de la ciudad. También suelen guardarse en estos recintos los excedentes de obra ejecutada, tales como palets de ladrillo, bovedilla, cajas de azulejos, etc.
Ahora bien, la pregunta que deberemos hacernos es esta:
¿Es realmente necesario tener un parque de maquinaria?
Consideremos los argumentos a favor y en contra.
-Coste del almacén. Ya sea en alquiler, o en compra, el almacén, solar, nave, etc. que utilicemos tendrá un coste económico mensual, ya sea este por alquiler puro o por amortizaciones.
-Coste del mantenimiento. El espacio destinado necesitará unos servicios mínimos de agua, suministro eléctrico, vigilancia y seguridad. También necesitará un mantenimiento periódico de orden y limpieza. Si el parque es muy grande probablemente sea necesario ocupar en ello de manera permanente a una o varias personas.
-La disponibilidad. Considerando el gran número de empresas dedicadas al alquiler de herramientas, seguro que encontraremos disponible en alguna de ellas la herramienta que necesitemos. Claro que para el jefe de obra resulta más cómodo coger el teléfono y llamar al almacén o mandar un transportista a que nos traiga un martillo eléctrico, o un portapalets. La opción alternativa significa pedir precios a varias casas, elaborar un comparativo y lanzar una orden de alquiler.
Si analizamos en este punto como se comporta realmente una obra nos daremos cuenta de que tal disponibilidad del almacén es ficticia. Cuando el problema de suministro de una herramienta se reduce a una simple llamada al almacén, la tendencia de todo encargado y jefe de obra es a utilizarlo sin mesura. Necesito algo, llamo y me lo mandan. No se consideran alternativas. Digo esto porque seguro que todos hemos visto tres, cuatro, cinco... martillos picadores simultáneamente en una obra. ¿No sería posible ordenar los tajos y hacer el trabajo con uno solo, o dos...? A esto me refiero. La comodidad del teléfono me ahorra el esfuerzo de pensar. Por otra parte, si el martillo es mío, puedo tenerlo cuantos días me apetezca. ¿Y si lo necesitan en otra obra? Que se busquen la vida, este lo tengo yo. Aunque sea una manera drástica de expresarlo, realmente sucede así en más casos de los deseables.
En cuanto a los excedentes de obra paremos a pensar como actuamos. Me sobran dos palets de azulejo. Llamo al transporte y lo llevo al almacén. Allí deberá haber alguien para recibir la carga y decir dónde hay que dejarla. Dentro de tres meses necesitaré cuatro baldosas para una reparación. Mandamos alguien a buscar una caja al almacén. Ojo, el almacén está en las afueras de la ciudad. Como no es quién lo dejó, necesita una hora para encontrar la referencia deseada. ¡Que casualidad, está abajo de toda la pila! Total, que dos horas después, tenemos nuestra caja de baldosas. La llevamos a la obra, muy orgullosos. Nos hemos ahorrado el coste de una caja de baldosas.
-Deterioros, mermas y robos. Deberemos tener en cuenta que todo material acopiado en condiciones deficientes sufrirá un deterioro. Pongamos por caso, el claro ejemplo de los puntales para encofrado. Normalmente suelen estar almacenados en campas al exterior, sufriendo toda serie de inclemencias del tiempo. Si bien es cierto que están preparados para ello, no es menos cierto que con el tiempo acaban completamente oxidados, golpeados y cuando no, simplemente desaparecidos.
El tema de los robos es otro dato a tener muy en cuenta. Debido a la necesidad de grandes espacios, estos almacenes suelen estar en zonas periféricas de la ciudad, donde además su coste es más barato. Pero también suelen ser zonas alejadas y aisladas donde es mayor su exposición al robo.
-Reparación y mantenimiento. Todo material almacenado necesita mantenimiento. Si tenemos puntales, periódicamente habrá que revisarlos y engrasarlos, para que estén en perfecto estado de uso cuando los necesitemos. Si tenemos grúas, estas revisiones estarán reguladas y controladas en los libros correspondientes. Las casetas de obra suelen ser objeto de actos vandálicos por simple divertimento.
También deberemos asumir los gastos de reparaciones. Si tengo una carretilla (toro) alquilada, en caso de avería el servicio técnico del alquilador se encargará de solucionarlo. Si la carretilla es propiedad de la empresa, el coste de reparación es para la empresa.
-El coste del alquiler. Sin tener en cuenta los aspectos comentados anteriormente, el coste de alquiler puro suele resultar proporcionalmente más caro cuanto más pequeña es la maquinaria. Es decir, alquilar un martillo picador es caro. Probablemente sea más barato comprarlo. En cambio el coste de alquiler de una grúa es relativamente barato en comparación con su coste de compra.
-Tratamiento fiscal del alquiler. Amortizaciones y alquileres tienen un tratamiento fiscal diferente que deberemos tener presente en las cuentas de la empresa.
-Requerimientos para concursos. En algunos concursos de obra con las administraciones se pide referencia de maquinaria a disposición de la empresa. Vaya por delante que me parece un error de concepto, puesto que una empresa puede tener en propiedad toda la maquinaria del mundo y estar totalmente obsoleta, inservible u ocupada en otras obras. La disponibilidad de material es tan infinita como la capacidad de alquilar y/o subcontratar. Aún así la disponibilidad puede quedar establecida mediante acuerdos de colaboración y compromisos contractuales.
-Rentabilidad. He dejado para el final este apartado, puesto que del análisis de todo lo anterior llegamos al punto clave. ¿Es rentable mantener el parque?. Pongamos precio a todo lo anterior y tendremos la respuesta.
Con todo lo expuesto hasta ahora, mi opinión personal es que el parque de maquinaria es un lastre para la empresa, con un coste elevado y normalmente descontrolado. Será rentable comprar la pequeña herramienta, que por otra parte se puede guardar en cualquier lado; pero medios auxiliares de nivel medio y grande (carretillas, grúas), resultará más económico alquilarlos.
Si a pesar de ello una empresa decide que va a disponer de este servicio, deberá comportarse como si de una empresa de alquiler se tratara y pasar los correspondientes cargos de alquiler y transporte a la obra que solicite su servicio. Sólo de esta forma la obra se comportará con prudencia y el coste estará controlado.
Saludos amigos
Pedro Domingo