3 de diciembre de 2010.
Hemos oído muchas veces que es bueno trabajar con calidad.
Yo iría más allá, trabajar con calidad es una necesidad.
Yo iría más allá, trabajar con calidad es una necesidad.
Dicen los estudiosos del comportamiento humano que los hombres nos movemos por intereses egoístas y que no somos capaces de reaccionar salvo en beneficio propio (excepto raras excepciones), y que además lo hacemos de modo subconsciente. Bueno, pues vamos a apelar al egoísmo para demostrar que trabajando con calidad, somos los primeros beneficiados.
El primer beneficiario del trabajo con calidad es uno mismo. No conozco a nadie que no se sienta realizado y satisfecho por un trabajo bien hecho.
Pero además la ausencia de calidad tiene repercusión económica para la empresa constructora. Analicemos algunas de las situaciones en las que se manifiesta.
Vuelta atrás sobre trabajos terminados.
Imaginemos que en una obra, una vez terminados los alicatados y colocada la carpintería de madera, nos damos cuenta de que por un error de replanteo no nos cabe el lavabo y hemos de modificar la posición de la puerta. Resultado, cabreo y sobrecoste.
Imaginemos que en una obra, una vez terminados los alicatados y colocada la carpintería de madera, nos damos cuenta de que por un error de replanteo no nos cabe el lavabo y hemos de modificar la posición de la puerta. Resultado, cabreo y sobrecoste.
Repasos.
Estamos terminando la obra y para la revisión final antes de la recepción la obra deberá estar en perfecto estado de revista. Lo normal es que entre el equipo de repasos. Cuanto más esmerada haya sido la ejecución, menos habrá que repasar, y antes terminaremos con menor coste.
Postventa.
Situación idéntica a la anterior, pero con mayor gasto añadido. Es mucho más complejo repasar una vivienda cuando la familia propietaria ya está viviendo. Probablemente tengamos que quedar a día y hora determinados, incluso fuera de una jornada laboral normal. Es posible que haya que mover muebles, proteger y limpiar cuando acabemos. Todo ello son sobrecostes.
Aumento de costes indirectos.
Además del propio coste directo de materiales y mano de obra, todas estas actuaciones que nombramos suponen un aumento de los costes indirectos, ya que requerirán la participación del encargado, del jefe de obra, tendremos casetas y almacenes a disposición, necesitaremos medios auxiliares. En definitiva, más gastos.
Penalizaciones.
Es muy posible que todas estas incidencias nos supongan un incremento del plazo de ejecución. En el mejor de los casos, no habrá penalizaciones, pero aún así estaríamos en el supuesto anterior con un incremento de los costes indirectos. También los retrasos pueden derivar en un incumplimiento de plazos y según sea el contrato firmado, se apliquen penalizaciones. Y la experiencia nos dice que esto "duele".
Quedarían por comentar otras repercusiones mas subjetivas que pueden significar pérdida de oportunidades futuras, vamos, que no nos inviten a más obras.
Tensiones.
La mala calidad en construcción siempre provocará tensiones. Especialmente con la dirección facultativa y por transmisión, con la propiedad. Se pueden producir enfrentamientos o discusiones no deseables, nervios por incumplimiento de plazos, radicalización de planteamientos, etc.
Estamos terminando la obra y para la revisión final antes de la recepción la obra deberá estar en perfecto estado de revista. Lo normal es que entre el equipo de repasos. Cuanto más esmerada haya sido la ejecución, menos habrá que repasar, y antes terminaremos con menor coste.
Postventa.
Situación idéntica a la anterior, pero con mayor gasto añadido. Es mucho más complejo repasar una vivienda cuando la familia propietaria ya está viviendo. Probablemente tengamos que quedar a día y hora determinados, incluso fuera de una jornada laboral normal. Es posible que haya que mover muebles, proteger y limpiar cuando acabemos. Todo ello son sobrecostes.
Aumento de costes indirectos.
Además del propio coste directo de materiales y mano de obra, todas estas actuaciones que nombramos suponen un aumento de los costes indirectos, ya que requerirán la participación del encargado, del jefe de obra, tendremos casetas y almacenes a disposición, necesitaremos medios auxiliares. En definitiva, más gastos.
Penalizaciones.
Es muy posible que todas estas incidencias nos supongan un incremento del plazo de ejecución. En el mejor de los casos, no habrá penalizaciones, pero aún así estaríamos en el supuesto anterior con un incremento de los costes indirectos. También los retrasos pueden derivar en un incumplimiento de plazos y según sea el contrato firmado, se apliquen penalizaciones. Y la experiencia nos dice que esto "duele".
Quedarían por comentar otras repercusiones mas subjetivas que pueden significar pérdida de oportunidades futuras, vamos, que no nos inviten a más obras.
Tensiones.
La mala calidad en construcción siempre provocará tensiones. Especialmente con la dirección facultativa y por transmisión, con la propiedad. Se pueden producir enfrentamientos o discusiones no deseables, nervios por incumplimiento de plazos, radicalización de planteamientos, etc.
Todo esto deriva en INSATISFACCIÓN, que es lo peor que podemos desear en la realización de nuestro trabajo. Insatisfacción significa, "nunca más".
Así que, aunque solo sea por puro egoísmo, TRABAJEMOS CON CALIDAD.
Así que, aunque solo sea por puro egoísmo, TRABAJEMOS CON CALIDAD.
Saludos amigos
Pedro Domingo
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