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Seguridad y Salud. Cómo ofertar este capítulo.

29 de octubre de 2010

En todo concurso de obras privado surge siempre un tema de incertidumbre. ¿Cómo y en qué cuantía ofertar el capítulo de Seguridad y Salud?. Desde el punto de vista de la empresa constructora la respuesta inmediata es, "como lo pida el promotor". Pero lo que aquí voy a analizar es ¿Cómo sería conveniente que lo pidiera el promotor?.

Debemos tener presente que el promotor, una vez recibidas las ofertas de las diferentes constructoras elaborará un cuadro comparativo con todas ellas. Para que este comparativo sea efectivo deberá ser homogéneo. Por tanto, si nos preocupamos de que todas las constructoras nos oferten las mismas partidas de estructura, de albañilería, de fontanería, y que no se dejan nada, por qué vamos a cambiar este criterio cuando se trata de la Seguridad y Salud.

Mi sugerencia siempre ha sido la siguiente:
Todas las empresas que participan en un concurso de obras privado, deberían ofertar el capítulo de Seguridad y Salud con el mismo importe que figura en el Estudio de Seguridad y Salud.

Digo con el mismo importe porque, considero que es el redactor del Estudio de Seguridad y Salud quien mejor debe conocer la normativa de aplicación y la evaluación de los posibles riesgos así como su correcta valoración. Si alguna empresa considera inadecuado este importe, puede modificar su cuantía, al alza o  a la baja, teniéndolo en cuenta en sus gastos de fabricación, que a la postre son parte fundamental del coste de la obra. No olvidemos que previo a la ejecución de la obra, la constructora deberá elaborar un Plan de Seguridad y Salud que deberá ser aprobado por el Coordinador.

¿Que se gana con este planteamiento?

Para el promotor es fundamental que quede constancia clara de su determinación en el cumplimiento de la normativa en materia de prevención de riesgos laborales. Es preferible que en el contrato de ejecución de obra que firma con la constructora, se refleje expresamente el capítulo de Seguridad y Salud, con las unidades que lo componen y el precio que por ellas se paga. De esta forma, siempre podrá exigir su íntegro cumplimiento y ante una inspección siempre puede justificar que exige y paga por ello.

Cuando la constructora oferta "Seguridad y Salud, incluidos en el precio", y no se refleja expresamente a qué unidades corresponde, el promotor no tiene forma de exigir ni justificar que está ordenando el cumplimiento de la seguridad.

Para la constructora este planteamiento también tiene sus ventajas. La primera es que se sentirá en igualdad de condiciones en el concurso. Si las partidas de Seguridad y Salud figuran detalladas en un capítulo del presupuesto de contrata, se convertirán en unidades "de obligado cumplimiento" que se nos pueden exigir en cualquier momento, a todos los ofertantes por igual.

No nos engañemos, el "Seguridad y Salud, incluidos en el precio" es una práctica inadecuada, porque detrás de ella se esconde el descontrol. ¿Qué es lo que hemos "incluido en el precio"? y ¿Quién lo sabe?

Por otra parte, una empresa constructora seria es consciente de la importancia de este capítulo, y debe ser una seña de calidad el cumplimiento por iniciativa propia de toda la normativa vigente. Sin olvidar además los beneficios, de todo tipo, que de este cumplimiento se derivan.

Saludos amigos.
Pedro Domingo
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Gestión de los costes indirectos.

8 de Octubre de 2010

En todas las constructoras hay una preocupación manifiesta por controlar el coste directo de la obra, comprar bien, por no pagar un metro de más, pero ¿qué pasa con los costes indirectos?¿quién se preocupa de ellos?.

Los jefes de obra son hábiles en hacer comparativos de las partidas de suministros y subcontratación. También son hábiles en justificar por qué "es mejor" tener la grúa torre un mes más, pero ¿quién paga?.

CONTROL es la respuesta, y si tenéis duda, entonces MÁS CONTROL.

Para simplificar la idea que quiero transmitir vamos a hablar de GASTOS DE FABRICACIÓN, definiendo como tales todo aquello que no es un coste directo, pero supone coste para la obra. Se agrupan en:
- Costes Indirectos
- Costes Proporcionales
- Costes de Estructura (o Gastos Generales)

Los gastos de fabricación pueden suponer de un 20 a un 25% del coste total  de la obra. La horquilla viene dada por el tipo de obra y por lo que incluimos y lo que no en gastos indirectos. Todas empresas no lo evalúan por igual. Veamos algunos ejemplos.

Ejemplo 1.- La vivienda protegida, con acabados de menor calidad y/o menores prestaciones, tiene menor coste directo, y proporcionalmente mayores gastos de fabricación.
Ejemplo 2.- A un equipo de obra, jefe de obra, encargado, ayudantes, le supone un esfuerzo similar una obra de 50 viviendas que una de 100, por tanto en una obra mayor,  la repercusión de indirectos es proporcionalmente más baja.

Conclusión 1.- A mayor volumen económico, menor coste proporcional de los gastos de fabricación.

Ejemplo 3.- Si en los contratos con los subcontratistas incluyo la limpieza del tajo o el reparto de materiales, entonces no tendré que incluir en los indirectos, mano de obra para estas labores.
Ejemplo 4.- Si subcontrato la estructura con el gruista incluido en el precio, el coste de este ya está repercutido en el coste directo de cada una de las partidas de los capítulos de cimentación y estructura.

Conclusión 2.- Cuantas más partidas seamos capaces de subcontratar, mayor porcentaje tendrá el coste directo, que es más fácil de controlar, y por tanto menor mi riesgo.

Ejemplo 5.- Si una empresa es nacional, tendrá unos gastos de estructura de central, del 5 al 8%, y unos gastos de estructura de delegación, entre el 1,5% y el 3,0%. En una empresa de ámbito local es previsible que los gastos de central, en este caso "generales de empresa" serán menores y los de delegación no existirán.

Conclusión 3.- La estructura de la empresa influye muy directamente en el coste.

La distribución de los costes de una obra de edificación residencial en bloque, tamaño unas 100 viviendas, corresponde a un esquema como el siguiente:


Y su gráfico correspondiente sería



Este control tan necesario es habitual en las grandes constructoras, que lo tienen integrado en su ERP. En las medianas depende mucho de la calidad de la empresa y en las pequeñas es bastante infrecuente.

Tenemos que ser muy conscientes que el incremento de los gastos de fabricación va directamente contra nuestro beneficio.

Los gastos de fabricación se incrementarán cuando no cumplamos el plazo de ejecución previsto. Si se nos retrasa la obra dos meses, significa que deberemos cargar a costes dos meses más de jefe de obra, encargado, instalaciones de obra y oficina técnica, etc. También debemos considerar retrasos el tener maquinaria o instalaciones a disposición de obra más tiempo del planificado, por ejemplo grúas, andamios, carretillas, etc.

También por esta misma razón, cuando el retraso no es imputable a la empresa constructora, ésta se encuentra en su derecho de pedir que se le abonen dichos costes. Este caso es frecuente que se de si el promotor no tiene vendida la totalidad de la promoción. En tal situación algunos promotores plantean la cuestión del retraso abiertamente y otros lo hacen de manera encubierta a través de la toma de decisiones en las visitas de obra. Como siempre la solución dialogada es la mejor, porque si se trata de retrasar la obra habrá que reestructurar los equipos a disposición.

Los gastos de fabricación también se incrementarán si la obra está mal estudiada o mal planificada, no habiendo previsto los equipos adecuados o el proceso constructivo idóneo.

También aumentarán si la calidad es deficiente, ya que aumentará la postventa.

El recordatorio final, y la idea principal, es que los gastos de fabricación son lo suficientemente importantes en el coste total de la obra como para dedicarles la atención necesaria, tanto como lo hacemos con el coste directo.

Saludos amigos
Pedro Domingo