1 de abril de 2011
En pasadas fechas, compartí con todos vosotros el artículo "Gestión de los costes indirectos", en el que hacía hincapié en la repercusión que tienen en el resultado de una obra, y por extensión, en la importancia de su control económico. Continuaba posteriormente con el "Detalle de costes indirectos", en el que se entraba a analizar por grupos el control de los mismos.
Podemos decir que hoy, concluimos la trilogía con el análisis de los gastos generales de una empresa constructora. Cuando nuestra empresa tiene delegaciones, es más frecuente oír hablar de costes de estructura, refiriéndonos con ello a la estructura de la empresa.
Como siempre que me he referido al detalle de costes, volveré a insistir en que, el listado que se presenta es un modelo que admite variaciones. Lo verdaderamente importante, es que la previsión del gasto sea exhaustiva, que no nos dejemos nada, y que sea lo más realista posible. Una vez que a finales del año en curso se establece y aprueba el presupuesto de gastos generales para el año siguiente, este deberá seguirse estrictamente, con todo rigor y sin desviaciones posibles. Si no lo hacemos así, no servirá de nada.
En una empresa constructora, cuya actividad fundamental sea la edificación, el presupuesto de gastos generales podría responder a un esquema de este tipo.
Dotación económica para gastos generales.
En función del tipo de empresa.
En una empresa constructora sin delegaciones, los valores frecuentes de dotación para gastos generales están en torno al 5% sobre el presupuesto de ventas. Por ejemplo si nuestro presupuesto de ventas está en 15 MM €, los gastos generales oscilarían en torno a los 750.000 €.
Cuando la empresa tiene delegaciones, empezamos a hablar de costes de estructura. En este caso, los costes de la central, que incluyen una serie de servicios generales, se situarán en torno al 4 - 5% y los de la delegación no deberían ser superiores al 1,5%. Pensemos en una empresa que facture 50 MM €, en este supuesto tendríamos unos costes de central de 2 MM € y de delegación 750.000 €.
En función del tamaño de la empresa.
Como es obvio, las empresas pequeñas, tendrán proporcionalmente unos gastos generales mayores, ya que la empresa necesitará de una estructura mínima para desarrollar su función y los costes de alquileres, equipos informáticos, etc., aún menores en cuantía, resultarán mayores en proporción. Una solución para abaratarlos consistiría en externalizar servicios.
Por el contrario, las empresas grandes, pueden optimizar mejor sus recursos y bajar el porcentaje de repercusión de sus costes de estructura.
En función del volumen de contratación.
Obsérvese que cuando hablábamos de gestión de los costes indirectos asignábamos un valor 8,2% (1,7 + 6,5) a los costes de estructura. ¿Es una cifra descabellada?. No, yo incluso diría que hoy se queda corto. Es una situación directamente relacionada con la coyuntura actual. En este caso, la incidencia tiene la misma tendencia que con el tamaño de la empresa. Una misma empresa bajará sus gastos generales con un mayor volumen de facturación, y al contrario, en situaciones de coyuntura como la actual, en la que las empresas han reducido drásticamente su volumen de negocio, los gastos generales tienden a dispararse. Esta situación deberá corregirse con un ajuste de los gastos, prescindiendo de todo lo superfluo, redistribuyendo y optimizando los recursos.
Por estas razones que apunto es tan importante acertar en la previsión tanto del presupuesto de gastos generales como del presupuesto de ventas. Si hacemos un presupuesto de ventas (contratación) excesivamente optimista, en caso de no alcanzarlo nuestros gastos generales resultarán proporcionalmente excesivos, con lo que el precio de venta de nuestro producto (presupuesto ofertado) resultará caro.
Si al contrario, nuestro presupuesto de ventas es muy conservador, además de que a los accionistas de la empresa no les va a gustar..., en caso de conseguir una mayor contratación, podemos encontrarnos con una estructura de gestión insuficiente, limitada por unos gastos generales que no nos permiten atender correctamente el volumen de nuestra producción.
Por estas razones que apunto es tan importante acertar en la previsión tanto del presupuesto de gastos generales como del presupuesto de ventas. Si hacemos un presupuesto de ventas (contratación) excesivamente optimista, en caso de no alcanzarlo nuestros gastos generales resultarán proporcionalmente excesivos, con lo que el precio de venta de nuestro producto (presupuesto ofertado) resultará caro.
Si al contrario, nuestro presupuesto de ventas es muy conservador, además de que a los accionistas de la empresa no les va a gustar..., en caso de conseguir una mayor contratación, podemos encontrarnos con una estructura de gestión insuficiente, limitada por unos gastos generales que no nos permiten atender correctamente el volumen de nuestra producción.
Saludos amigos
Pedro Domingo
Una visita a los bares y restaurantes mejor diseñados del mundo.
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[Off Topic]
Y ahora, con los deberes hechos, vámonos de copas. Una visita a los bares y restaurantes mejor diseñados del mundo.
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Anónimo
Said
esa csmr hija de puta