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La estabilidad del equipo de obra


8 de julio de 2011

Entendemos por estabilidad del equipo de obra la continuidad de todos sus integrantes, jefe de obra, encargado, ayudantes de producción etc., durante de la duración de toda la obra. 

Aunque al inicio de la obra todo el mundo da por supuesto que el equipo que la empieza, va a ser el que la termine, no siempre sucede así. La sustitución de alguno de los miembros puede resultar forzada, necesaria o estratégica.

SUSTITUCIÓN FORZADA
Por agentes externos.
El ejemplo más claro de sustitución forzada por agentes externos lo constituye el veto del jefe de obra por la propiedad.
Por agentes internos.
Generalmente responde a situaciones extremas de incompetencia, negligencia grave o actuaciones calificables de delictivas, que suelen terminar con despidos disciplinarios. 
En la misma situación, pero en el polo opuesto nos encontraremos cuando sea el personal propio quién pida su baja voluntaria en la empresa. 

SUSTITUCIÓN NECESARIA
Habitualmente corresponden a necesidades de reparto de carga de trabajo en el conjunto de la empresa. Es frecuente en fases de inicios y finales de obra, o postventa, cuando surgen nuevos compromisos que atender, nuevas obras. No es extraño ver que un equipo de transición inicia una obra, hasta que un equipo “más fuerte” esté disponible.

También se da el caso inverso, una obra iniciada por un equipo fuerte, y ya encarrilada en contrataciones, plazos, etc., ve cómo este equipo es derivado hacia otra nueva obra más compleja.

Igualmente podríamos considerar la sustitución como necesaria, cuando surjan incompatibilidades en el trabajo del equipo. Como ya comenté en artículos anteriores, el tándem jefe de obra – encargado, debe ser una maquinaria perfectamente engrasada. Si uno de los dos (o los dos) no están a la altura exigible, deberán ser sustituidos cuanto antes.

SUSTITUÓN ESTRATÉGICA.
En el supuesto “amable” tiene un poco de las dos situaciones precedentes. Sustituimos a un equipo, o alguno de sus componentes para evitar “daños colaterales”. Especialmente cuando percibamos el descontento de nuestro cliente, deberemos averiguar sin demora su causa y actuar en consecuencia antes de que se vea forzado a manifestarlo púbicamente.

Existe otro tipo de estrategia que tiene un componente más “oscuro”. Puede darse en situaciones en las que una empresa (no pretendo entrar en sus razones), fuerza la sustitución del jefe de obra en una fase final de la obra, con la clara intención de hacer un borrado histórico de todo el devenir de la obra. Suele afectar a compromisos adquiridos, y no escritos, ya sea hacia propiedades o subcontratistas.

CONSECUENCIAS
Sea cual sea la situación en la que nos encontremos, deberíamos tener presente los inconvenientes que va a provocar la sustitución de alguno de los miembros del equipo de obra, y especialmente del jefe de obra. Aún en el caso de sustituciones no forzadas, siempre existirá una pérdida de información y por tanto, de control, de la obra; incluso aunque el personal sustituido siga perteneciendo a la empresa. Cuando un jefe de obra es trasladado a otra obra, cesa en las responsabilidades y compromisos adquiridos. Siempre cabe la posibilidad de consultarle sobre hechos pasados, pero seamos conscientes de que no va a sentirse plenamente involucrado en el problema, porque ya no es su problema.

Esta es una más de las razones por las que siempre es conveniente, necesario más bien, tener perfectamente documentada la obra; al día y por escrito.

Cuando la sustitución sea forzada, tendremos muy poco tiempo de reacción. Si los superiores han sido suficientemente competentes, habrán detectado las señales que normalmente anticipan estos desenlaces. Con ello es posible provocar una sustitución necesaria, antes de que llegue a ser forzada, siempre más dañina para la empresa. 

En el caso irremediable de una sustitución forzada, una empresa bien estructurada y bien gestionada, también reaccionará mejor y más rápido. Y no solo en cuanto a la sustitución del personal, sino en cuanto a preservar la integridad de la obra, de la información y de los procesos abiertos, tales como contrataciones, certificaciones, planificaciones, etc. 

En estos casos, trabajar con un ERPserá una garantía añadida de que el daño será mínimo.

En cualquier caso, no deberemos olvidar que la situación ideal, tanto para la empresa, como para el cliente, la dirección facultativa y todos los partícipes en el proceso de ejecución, lo más conveniente es que el equipo de obra se mantenga en su integridad, desde el principio hasta el final de la obra.

Saludos amigos
Pedro Domingo
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